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El camino del campeón (Parte II)

  • Danilo Acosta
  • 29 jun 2017
  • 2 Min. de lectura

Veremos aquí la segunda parte del torneo que tuvo al Xeneize como campeón. Derrotas inesperadas, más presión, lesiones, y la consolidación de Wilmar.

El 2017 comenzaba con un enorme vacío para Boca tras la partida de Carlitos, pero con un triunfo 2-0 ante Banfield. Otra vez Benedetto se guardaba a la gente en el bolsillo con un doblete.

La derrota tocaba las puertas por primera vez después del partido ante Lanús en el inicio del campeonato, y Talleres de Córdoba iba a provocar eso: 2-1 en La Bombonera.

Tres triunfos de manera consecutiva afianzaban la confianza del Boca puntero: 2-1 ante San Martín en San Juan, 1-0 de local contra Defensa y Justicia, y una goleada en Liniers frente a Vélez 3-1. De esos 3 partidos, el Pipa y Pavón marcaron en 2 encuentros.

Dos empates consecutivos opacaron las tres victorias anteriores: 1-1 de local ante Patronato, y sin goles en condición de visitante frente a Atlético de Rafaela.

De los siguientes 9 puntos, obtuvo 4, goleando a Arsenal 3-0, igualando contra Estudiantes 0-0, y perdiendo frente a River, en La Bombonera, por 3-1.

Todo el país creyó que la derrota en la fecha de clásicos iba a provocar que el equipo de los mellizos perdiera la punta, sin embargo no volvió a perder en los próximos 6 partidos.

Boca sólo empató en dos oportunidades, repartiendo puntos con Huracán y Olimpo respectivamente.

Además ganó el clásico con Independiente, y por goleada(3-0), logrando así, llevarse los tres puntos ante los cuatro "considerados grandes" y también ante un Newell's que acechaba la punta pero que finalmente no la conseguiría.

En el tema LESIONES, sobre el final, el cuerpo técnico sufrió bastante, como la pérdida de Gago, Centurión, o Insaurralde, perdiendo jugadores titulares de importancia, pero Guillermo lo manejó bastante bien incluyendo a quienes debía en la posición que debía ponerlos, y lo mejor para él fue que cumplieron con su trabajo, llegando incluso a superar las expectativas y ganándose un lugar en el once habitual. El colombiano Wilmar Barrios fue uno de los clarísimos ejemplos, apareció como titular ante Vélez, y si bien tuvo partidos en el medio en los que no jugó desde el inicio, estuvo en el campo contra Newell's y desde ese partido no volvió a ser suplente en el equipo, adueñándose del círculo central.

Jonathan Silva también fue uno de los jugadores que se quedó con la titularidad, ganándole la pulseada a Frank Fabra. El ex Estudiantes mejoró mucho sobre el final, y fue indiscutido en el once de Barros Schelotto.

Estas dos caras del equipo pudieron observarse a lo largo de la temporada, por un lado, un conjunto sólido, con carácter, que ganó los clásicos, y que supo sacar una buena ventaja de puntos cuando arrancó con una derrota, no pensando que el cielo se venía abajo, y que pudo controlar las constantes presiones que se presentaban tanto a nivel grupal como individual.

Por otro, un equipo que perdió puntos importantes con rivales de presupuesto inferior, pero que le pudieron jugar de igual a igual. Un Boca traslúcido en ciertos tramos de los partidos, que buscaba pero no conseguía, dependiente de Tévez, y en su momento de Benedetto, ya sobre el final del campeonato.

 
 
 

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