Solo un nombre en los pasillos del Libertadores de América
- Ulises Barbera
- 13 jul 2017
- 2 Min. de lectura

Todos los clubes tienen un jugador que los marca en su historia; un nombre, un apellido que lo es todo, pero cuando el tiempo pasa solo eso son, un nombre o un apellido que recorre los pasillos del club, los museos, e incluso en las calles del barrio se lo nombra, pero él no está, no se lo ve rondar por donde se lo menciona tan reiteradamente. No asiste a los partidos, no tiene cargo alguno en el club, y así el ídolo se pierde en el tiempo… como hojas al viento se va… Curioso que alguien que lo dio todo por y para el club, desaparezca de la memoria de los hinchas cual sol en el horizonte. Lamentablemente esto es lo que pasaba el apellido “Bochini” hasta hace un tiempo, previo a que una llave llegara, una llave que le permitió acercarse al plantel. Ariel Holan, él era la llave, un ex Dt de Hockey, de bajo perfil, que había dado que hablar en el Halcón de Varela, llegaba para revolucionar al club. Y ésta innovación es lo que motivo al “Bocha” a acercarse, ver que después de tanto tiempo “El Rojo” podía soñar otra vez. Acercarse al plantel, compartir viajes de partidos con los jugadores, e incluso ahora es Embajador del club, viaja por el país buscando jugadores para el club. Eso es lo que merecen los ídolos, puestos en el club, ser recordados, y ovacionados por la gente, por siempre. A todos les llega su llave, a Ricardo Bochini le llegó a tiempo, justo antes de pasar a ser solo un nombre en los pasillos del club, en el museo del club, y en las calles de Avellaneda.
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