San Lorenzo campeón de la Liga Nacional
- Tomás Bohórquez
- 16 jul 2017
- 2 Min. de lectura
San Lorenzo volvió a vencer a Regatas y se consagró por segundo año consecutivo como el campeón de la Liga Nacional. Fue 94-59 para liquidar la serie por 4-1.
Sí, San Lorenzo tuvo su película tan deseada en el Roberto Pando. El Ciclón es bicampeón del básquet argentino tras un 4-1 demoledor a Regatas, que sin Paolo Quinteros fue pura voluntad pero estuvo lejos. Los merecimientos son una trompada a los prejuicios que rodean al Cuervo desde que volvió a la competencia. Mientras el resto habla afuera, el conjunto de Julio Lamas -con el apoyo constante de una dirigencia comprometida con el proyecto- se coronó por hablar adentro de la cancha, con un juego superlativo por dónde se lo mire. Y el DT es uno de los pilares, porque su gestión y liderazgo lograron una química bárbara desde el primer día en un grupo con titulares por todos lados, pero que supieron dejar el ego a un costado en pos del equipo. Por algo ahí está Julio, festejando con más emoción que nunca su quinta corona personal antes de irse a la Selección de Japón (la gente le dedicó el “Que de la mano...). Claro que todos los ashes se los llevan los jugadores, los encargados de ejecutar el plan. El 94-59 de anoche es un reejo de toda la temporada: defensa letal, ritmo ofensivo vertiginoso, triples, compromiso colectivo y variantes por todos lados.
¿Por dónde empezar a destacar? Por el MVP: Gabriel Deck, dueño de la competencia con apenas 22 años. Tortuga mató con sus recursos, deslumbró con sus volcadas y cerró la faena con 18 puntos, 12 rebotes y 5 asistencias. Luego, hay un base que domina el torneo hace tres años. Se llama Nicolás Aguirre, le dicen Penka y es el líder de cómo quiere jugar el Ciclón. Anoche dio otra clase (14 y cinco pases gol) para sellar su tercera Liga en la (la primera, con Quimsa). Es sobreviviente de la 15/16 como Marcos Mata, el matador silencioso, el equilibrio constante, otro fuera de serie con su físico y personalidad. Sí, en voz baja, pero manda como pocos. (y suma cinco Ligas). Y desde atrás viene como un tren Mathías Calfani, el uruguayo que se ganó a la gente con su entrega y corazón y siendo el motor defensivo con su intensidad.
No hay que olvidarse de Sandes, el exquisito de la pintura, quien va un segundo antes de la jugada con su cabeza. O de la mano se Selem Safar, siempre puntual cuando se la necesita como en el juego 4. Y tampoco hay que dejar de lado a Scala, Meyinsse y Pérez, cumpliendo con jerarquía. Deck y Aguirre cortan las redes, todo el plantel con gorrito y chomba con el “San Lorenzo Bicampeón” y Tinelli y Lammens abrazándose con todos en el medio de la cancha.
El festejo fue ordenado, sin invasión y con una alegría sin a puro champagne y papelitos, con sentido de pertenencia. La copa para el mejor, el Ciclón.
Vía: @DiarioOle
コメント